Todos los días abrimos la llave y el agua sale limpia, como por arte de magia. Nos duchamos, lavamos la ropa, tiramos la cadena y, sin pensarlo, el agua desaparece por el desagüe. Cuando llueve, el agua corre por las calles y se escurre bajo tierra.
No toda el agua es igual ni sigue el mismo camino. El agua potable, las aguas servidas y las aguas lluvias tienen recorridos distintos y mezclarlas puede causar grandes problemas.
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Los misterios del desagüe
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